PÍLDORAS DE BIENESTAR
Aunque más que hablemos del silencio, diría estemos en silencio. ¿Por qué? Porque tenemos mucho ruido. Estamos rodeados de ruido mental y ruido ambiental, sobre todo los que vivimos en una gran ciudad.
Hablemos del silencio
Una de las cosas que más me gusta cuando salgo de Madrid y estoy en un lugar tranquilo, es decir ¿escuchas eso? Nada, o como mucho el viento, la lluvia, el canto de los pájaros… Silencio, algo de lo que estamos cada vez más carentes y que se convierte en un lujo. No es de extrañar que desde hace unos años esté creciendo el turismo rural. Irte a un pueblo tranquilo, con poca gente, donde poder descansar y relajarte físicamente y desconectar mentalmente.
¿Por qué es tan necesario el silencio? ¿Para conseguir el silencio mental o ambiental tenemos que irnos lejos? ¿No podemos encontrarlo a nuestro alcance? De eso quiero hablarte hoy. El silencio, algo tan importante y necesario.
Silencio ambiental
Si vives en una gran ciudad sabes de lo que hablo. Si vives en una más pequeña, de otra manera, pero también. Vamos con prisa, hablamos alto, estamos rodeados de estímulos (visuales, auditivos… de todo tipo). Es algo a lo que nos ‘vamos acostumbrando’ y que aunque no creamos tiene sus consecuencias.
El estar expuesto a tanta estimulación, nos provoca consecuencias en la capacidad de concentración y de relajación, en los niveles de estrés… Y si hablamos de consecuencias físicas, nos podemos encontrar problemas en el sueño, consecuencias en el sistema cardiovascular o el sistema auditivo, por nombrar unas cuantas.
Si además tenemos en cuenta que los móviles se han convertido en una extensión de nuestro brazo, las consecuencias de tanto ruido aumentan. Hiperconexión a todo y conexión a nada.
¿Por qué digo que estemos en silencio? Porque es necesario, aunque se nos olvide.
Silencio mental
Ese bien tan preciado. Y tanto ruido ambiental no nos facilita las cosas. No nos ayuda a relajarnos mentalmente.
Si a esto le sumamos una larga lista de tareas por hacer, asuntos no resueltos que nos interfieren, problemas y dificultades cotidianos (o más grandes), reales o que nos ponemos sin darnos cuenta… ¿Sigo? La lista puede ser infinita. Y a veces, muchas veces, para evitar este ruido mental, para ‘apaciguarlo’ nos llenamos de más ruido ambiental. Un ruido que no nos ayuda para nuestro ruido mental. Y así sucesivamente.
Claro que hay problemas, dificultades… pero el ruido no los elimina. Necesitamos a veces cierto ruido para distraernos. El problema es que parece que se nos olvida que también es necesario bajar distractores, para podernos ocupar de lo que nos pasa. Si saltas de una actividad a otra, si estás hiperestimulado no te paras. Y necesitas parar, ver cómo estás, qué necesitas… Porque si no el ruido mental sigue aumentando.
Mi propósito de la Píldora de hoy es que reflexionemos sobre el tema. Y te preguntes cuánto ruido ambiental y mental tienes en tu vida. Y qué quieres hacer con ello. ¿No es posible hacer algún cambio? Si pones más silencio en tu vida no se van a resolver tus problemas, pero sí te va a ayudar a estar más relajado y a pararte para ver cómo estás y qué necesitas para resolver aquello que te inquieta o preocupa.
Y siempre,
Caminando Contigo…
Consulta de psicología en Atocha-Arganzuela y terapia online
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