PÍLDORAS DE BIENESTAR
Hoy quiero hablarte de la importancia y del respeto a uno mismo y al otro. Yo soy Yo y Tú eres Tú. Parece simple. Es obvio. Y tantas veces nos enredamos.
Yo soy Yo. Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
cuando intento que seas como yo quiero
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
Sabias palabras que quizás conozcas. Es un escrito de Fritz Perls, médico neuropsiquitatra y psiconalista. Creador, junto a su mujer Laura Posner, de la Terapia Gestalt.
Aclaremos un poco este ‘juego de palabras’.
Yo soy Yo
Obvio. Sí. Yo tengo mi propia individualidad, mis propios gustos, intereses y necesidades. Conocerme y aceptarme me hace estar en armonía conmigo misma. Y me hace estar de una forma más honesta con el otro y tener relaciones más sanas.
Y en esa tarea de conocerme, encontraré seguro aspectos míos que no me gusten. Parte del crecimiento es acercarme a ellos con respeto y aceptación. Algunas cosas las podré cambiar, otras mejorar y en otras solo podré tener conciencia de ellas, sin poderlas modificar.
En ese ser Yo, no gustaré a todos. Todos queremos ser aceptados y queridos. Sin embargo, si siempre quiero gustar al otro, en muchas ocasiones me traicionaré a mi misma, además de que la relación con el otro se resienta.
No se trata de imponer lo propio. Es tener conciencia de lo propio, de cómo soy, y relacionarme desde esa autenticidad con el otro, respetándole, y respetándome.
Tú eres Tú
Es la otra parte de la ecuación. Al igual que yo tengo mi propia individualidad, el otro también la tiene. Tiene sus gustos, intereses y necesidades, que no tienen por qué coincidir con los míos. Es más, en muchas ocasiones no coincidirán.
Al igual que yo quiero ser respetado en lo mío, yo tengo que respetarte a ti. No imponerte mi manera por considerarla la válida. Es válida para mí, y puede no serlo para ti.
Puede no gustarme lo tuyo, pero es lo tuyo, y es válido por ser tuyo. Siempre que haya respeto por ambas partes, de mí hacia tí y de ti hacia mí.
Tú eres no Yo y Yo soy no Tú, es otra forma de decir Yo soy Yo y Tú eres Tú. Quédate con la manera que quieras, y recuérdalo. Tienes tarea por delante 😉
Quizás te estés preguntando cómo se consigue TODO esto. Te darás cuenta de que es obvio y aparentemente simple. Sin embargo, al ponerlo en práctica, no resulta tan sencillo. El autoconocimiento es un camino que dura toda la vida, y muchas veces no es fácil. Construir relaciones sanas, de pleno respeto, de darte cuenta de lo tuyo y de lo que pones en el otro… tampoco lo es. Es necesario mucho diálogo con uno mismo y con el de enfrente.